domingo, 4 de agosto de 2019

Pirineos. Valle de Bujaruelo

Junto al Valle de Ordesa nos encontramos con otra maravilla de la naturaleza, el Valle de Bujaruelo.


Aunque es menos conocido que el de Ordesa, es también muy visitado por los amantes de la naturaleza. En el mismo valle te puedes alojar en el camping o en el refugio que se sitúa junto al puente de San Nicolás. Cuidado si vas en caravana, hay una zona de aparcamiento junto al camping, pero está prohibida la pernocta, y está vigilado normalmente.

En los días de calor, es una delicia bañarte en las frías aguas del río Ara.


Nosotros nos bañamos, pero también hicimos un bonito paseo. Decidimos subir al valle de Ordiso, el paseo no defraudó, y acabamos viviendo una aventura.

Comenzamos cruzando el puente de San Nicolás para seguir el sendero que discurre a la derecha del río Ara.


El camino que discurre junto al río es uno de los caminos más bonitos que hemos recorrido, un valle verde rodeado de imponentes montañas



Comimos junto al río y continuamos la marcha, hasta llegar al puente de Ocnis, aquí puedes cruzar el puente y volver por la otra orilla, o continuar hacia el valle de Otal, o bien, lo que hicimos nosotros, no cruzarlo y continuar por la derecha.

Poza bajo el puente de Ocnis

El camino empieza a subir, pero suavemente, vamos buscando el puente colgante de Burguil.




No es nada fácil encontrar el puente, una roca en el camino bastante poco evidente nos señala por donde hay que desviarse a la izquierda para llegar a Burguil.


No lo tenemos que cruzar, aunque los niños lo cruzan varias veces, sino volver al camino que nos lleva a la cascada de Pich


La siguiente parada es un refugio que nos marca la entrada al valle de Ordiso, nuestra meta, pero unos metros más arriba de la cascada empieza la aventura. El cielo oscurece de repente, huele a tormenta, no sabemos si continuar o no, cuando unas gotas empiezan a caer del cielo. Tiene mala pinta, a las tormentas en la montaña hay que tenerles respeto y decidimos volver. Nos cae un chaparrón enorme, pero lo peor son los truenos y rayos que no parecen estar muy lejos. Nuestro pequeño se asusta, pero hemos de continuar, es peligroso parar. Por suerte la bajada es cuesta abajo. Por si alguna vez os pasa lo mismo, podéis seguir estas recomendaciones Cómo protegerte ante una tormenta eléctrica en montaña

Cuando llegamos abajo, la tormenta remite, estamos empapados pero a salvo. Una pena no haber podido terminar nuestra ruta.

Para la vuelta cruzamos el puente de Ocnis y volvemos por la otra parte del río, donde nos encontramos la fuente de la Fermalla. Realmente merece más la pena la otra parte del río, esta es una pista mucho más aburrida, pero había que explorarla también.


La aventura ha sido total, hemos tenido de todo en un mismo día, calor, baño, risas y emoción. El valle de Bujaruelo es un pequeño edén al que prometemos volver para seguir explorando.

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sábado, 3 de agosto de 2019

Pirineos. Valle de Ordesa

En nuestra segunda etapa del viaje por el norte de España, nos dirigimos a los pirineos en Huesca, concretamente queremos visitar el Valle de Ordesa, la mamá ya había estado allí antes y estaba deseando volver con la familia para que todos pudiesen disfrutar de esta maravilla. La excursión principal que queríamos hacer era la de la cola de Caballo, no pudimos hacer mucho más, pues con nosotros llegó también a pasar unos días a los Pirineos una ola de calor.


Para subir a Ordesa en temporada alta, hay que ir en autobús, es imposible ir en el coche particular, el autobús se cogen en Torla, junto al centro de interpretación, aquí tenéis toda la información https://ordesabus.com/. La primera salida es a las 6:00 de la mañana, os recomendamos que si queréis hacer la ruta completa salgáis temprano, como buenos montañeros.

Nuestra idea inicial, era subir por la senda de los Cazadores hasta el refugio de Góriz, pasar allí la noche y volver al día siguiente por el circo de Soaso, pero el refugio estaba completo, si os animáis a ir tenéis que reservar con bastante tiempo de antelación en esta página web https://www.goriz.es/. Tuvimos que cambiar los planes, subimos por la senda de los Cazadores, y bajamos por Soaso, sin pasar por el refugio, todo en un día. Es una ruta asumible solo para personas con cierto entreno, si no sois habituales de la montaña, subir y bajar por las gradas de Soaso es una ruta preciosa y muy asequible, podéis ver las distintas rutas en este enlace https://www.parquenacionalordesa.com/zona-de-ordesa-y-bujaruelo/

Comenzamos nuestra ruta, tomamos el autobús a las 7:00 de la mañana, e iniciamos nuestro camino, primero es un paseo suave, con zonas adaptadas para personas con sillas de ruedas, pero pronto llegamos a la famosa Senda de los Cazadores, comienza un ascenso muy técnico, unos dos kilómetros en los que habremos de salvar más de 400 metros de desnivel. 



Nuestros niños viajeros, Alba y Mario, subieron como unos campeones, a pesar del calor que ya iba apretando. Nos cruzamos con algunos senderistas más, pero nos llamaron la atención dos chicas vascas que subían con la mochila de travesía y dos niños pequeños que no debían tener más de cuatro años que corrían y saltaban como gamos. 

Subir es duro, pero al alcanzar el mirador de Calcilarruego se nos olvida todo, hemos llegado a la parte más alta de nuestra ruta, y las vistas son preciosas.


Continuamos ahora por una senda que nos lleva en ligero descenso hasta la cascada más famosa del valle, la cascada Cola de Caballo. La senda nos sigue regalando vistas preciosas, próximos destinos, como esta vista de la Brecha de Rolando.


Aunque a veces el sendero es frondoso, la mayor parte del tiempo lo pasamos sin árboles que nos protejan del calor, así que procurad no pasar por aquí en horas de mucho calor.




Poco a poco avanzamos hasta que divisamos al fondo el circo de Soaso y la cascada:




Por fin llegamos a la Cola de Caballo, hace calor, así que metemos los pies en el agua (el baño está prohibido) y el peque moja la camiseta, hacemos fotos y comemos, entonces pasa algo para lo que cualquier persona que suba a la montaña debe estar preparado, se nubla y se pone a llover, se acabó el calor, nos ponemos los chubasqueros y todo arreglado.


La cascada es espectacular, aunque lleva poca agua

Comenzamos el descenso, por el circo testimonio de un antiguo glaciar. Volvemos pegados al río Arazas, contemplando otra serie de cascadas.



Las cascadas más famosas que nos encontramos por el camino, son las llamadas Gradas de Soaso, aunque de nuevo se ve que es un año de poca agua.



Terminamos la ruta de hoy por un bonito hayedo, en el que nos entretenemos jugando con las hojas caídas y contemplando la forma de las raíces de los árboles seguro que milenarios.



En la zona donde se coge el autobús hay un restaurante, reponemos fuerzas y nos tomamos un helado, hoy nos lo podemos permitir😅.

La ruta ha sido de unos 21 kilómetros, está totalmente señalizada, siempre hay sendero del que está prohibido salirse, como hemos dicho antes la dureza estriba en la Senda de los Cazadores, que la podéis obviar. 

No podemos dejar este post sin mostraros las hermosas flores que nos acompañaron en el camino, solo una muestra:







Pero de entre todas, destacamos la flor de edelweis, que solo crece a más de 1000 metros de altitud, y que, por desgracia está en peligro de extinción, un tesoro más de nuestra ruta de hoy.


Cuenta la leyenda que una estrella deseaba convertirse en flor, cuando se lo dijo a la Luna  se enfadó tanto que la envío a las montañas más altas de la Tierra. La estrella convertida en flor se bañó con la nieve y se convirtió en la flor del Pirineo.


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viernes, 2 de agosto de 2019

País Vaco. Urdabai

Solo un día dedicamos a Urdabai, el territorio que se dibuja alrededor del río Oka hasta su desembocadura. Un tesoro de nuestro país que nos ha cautivado, sin duda un lugar para dedicarle una semana que mezcla turismo urbano, playas, senderismo e historia. Lo dejamos en nuestra lista de destinos a los que volver, la próxima vez con más tiempo.

Nuestra primera parada fue para visitar San Juan de Gaztegulatxe, seguro que los amantes de la serie de Juego de Tronos lo conocéis, pues es uno de los escenarios, Rocadragón.


Nosotros no fuimos precavidos esta vez, no sabíamos que había que reservar entradas, aunque el acceso es gratuito tiene tanta afluencia de público que para poder visitarlo tienes que reservar el día y la hora de la visita. La reserva se hace vía on-line, podéis reservarla aquí  https://www.tiketa.eus/gaztelugatxe/, os recomendamos que, si vais en verano vayáis temprano porque el calor aprieta.

Hay dos caminos para acceder uno más largo, pero menos pronunciado y otro más corto pero con una bajada (y luego subida) de aupa, evidentemente nosotros hicimos la corta, siempre por lo difícil.

Vistas al bajar

Comenzamos la subida de los 241 escalones


Al llegar arriba, además de las impresionantes vistas nos encontramos una ermita, en la puerta hay una campana que todos los que suben la hacen sonar.

Mario haciendo plañir la campana

Las vistas desde arriba


San Juan Gaztegulatxe está junto a Bermeo, de espectaculares playas, pero decidimos continuar hacia Bermeo, pueblo costero dedicado antaño a la pesca de ballenas, lleno de encanto, que encontramos engalonado por sus fiestas locales. Dimos un paseo por sus calles y nos enamoramos, decididamente tenemos que volver.








Para finalizar la visita por este lugar lleno de encanto, no nos podíamos marchas sin visitar Guernica, tristemente conocida por todos por el bombardeo que sufrió en la Guerra Civil. Precisamente por eso, lo primero que visitamos fue el museo de la Paz, que recuerda los horrores de la guerra, no debemos olvidar el pasado para no repetir los errores.

El museo se encuentra en la plaza Foru


Propaganda del bando republicano

Lo más impresionante del museo es una habitación donde se puede vivenciar el momento del bombardeo, si vuestros niños son muy impresionables mejor no entrar con ellos.

Cerca del museo encontramos la Iglesia de Santa María, del siglo XV.




La iglesia se sitúa cerca de la Casa de Juntas y del famoso árbol de Guernica, del que se conserva como testimonio el tronco de aquel que sobrevivió al bombardeo. El árbol es símbolo de libertad, junto a ese árbol se firmaron los fueros de Vizcaya en el siglo XVII, y fue testigo de una de las mayores atrocidades de la historia de España.


Visitamos también los refugios que aún se conservan en el centro del pueblo, refugios antiaéreos Pasealeku, al entrar cerrada las puertas y escuchad el audio, pone los vellos de punta, de nuevo no entréis con niños que se asusten fácilmente.




No son los únicos refugios que se conservan, pero sí a los que se pueden entrar y vivir la experiencia.
Pero no todo es guerra, tuvimos la enorme suerte de llegar en días de juegos, y la plaza estaba llena de gente en competiciones de distintos deportes, baloncesto, fútbol y como no, pelota vasca:


Nuestro día en Urdabai terminó aquí, si buscáis más información podéis verla aquí: https://turismourdaibai.com/es/  Nosotros estamos deseando volver.

Si queréis saber más de nuestro viaje por el País Vasco, puedes pinchar aquí: