sábado, 3 de agosto de 2019

Pirineos. Valle de Ordesa

En nuestra segunda etapa del viaje por el norte de España, nos dirigimos a los pirineos en Huesca, concretamente queremos visitar el Valle de Ordesa, la mamá ya había estado allí antes y estaba deseando volver con la familia para que todos pudiesen disfrutar de esta maravilla. La excursión principal que queríamos hacer era la de la cola de Caballo, no pudimos hacer mucho más, pues con nosotros llegó también a pasar unos días a los Pirineos una ola de calor.


Para subir a Ordesa en temporada alta, hay que ir en autobús, es imposible ir en el coche particular, el autobús se cogen en Torla, junto al centro de interpretación, aquí tenéis toda la información https://ordesabus.com/. La primera salida es a las 6:00 de la mañana, os recomendamos que si queréis hacer la ruta completa salgáis temprano, como buenos montañeros.

Nuestra idea inicial, era subir por la senda de los Cazadores hasta el refugio de Góriz, pasar allí la noche y volver al día siguiente por el circo de Soaso, pero el refugio estaba completo, si os animáis a ir tenéis que reservar con bastante tiempo de antelación en esta página web https://www.goriz.es/. Tuvimos que cambiar los planes, subimos por la senda de los Cazadores, y bajamos por Soaso, sin pasar por el refugio, todo en un día. Es una ruta asumible solo para personas con cierto entreno, si no sois habituales de la montaña, subir y bajar por las gradas de Soaso es una ruta preciosa y muy asequible, podéis ver las distintas rutas en este enlace https://www.parquenacionalordesa.com/zona-de-ordesa-y-bujaruelo/

Comenzamos nuestra ruta, tomamos el autobús a las 7:00 de la mañana, e iniciamos nuestro camino, primero es un paseo suave, con zonas adaptadas para personas con sillas de ruedas, pero pronto llegamos a la famosa Senda de los Cazadores, comienza un ascenso muy técnico, unos dos kilómetros en los que habremos de salvar más de 400 metros de desnivel. 



Nuestros niños viajeros, Alba y Mario, subieron como unos campeones, a pesar del calor que ya iba apretando. Nos cruzamos con algunos senderistas más, pero nos llamaron la atención dos chicas vascas que subían con la mochila de travesía y dos niños pequeños que no debían tener más de cuatro años que corrían y saltaban como gamos. 

Subir es duro, pero al alcanzar el mirador de Calcilarruego se nos olvida todo, hemos llegado a la parte más alta de nuestra ruta, y las vistas son preciosas.


Continuamos ahora por una senda que nos lleva en ligero descenso hasta la cascada más famosa del valle, la cascada Cola de Caballo. La senda nos sigue regalando vistas preciosas, próximos destinos, como esta vista de la Brecha de Rolando.


Aunque a veces el sendero es frondoso, la mayor parte del tiempo lo pasamos sin árboles que nos protejan del calor, así que procurad no pasar por aquí en horas de mucho calor.




Poco a poco avanzamos hasta que divisamos al fondo el circo de Soaso y la cascada:




Por fin llegamos a la Cola de Caballo, hace calor, así que metemos los pies en el agua (el baño está prohibido) y el peque moja la camiseta, hacemos fotos y comemos, entonces pasa algo para lo que cualquier persona que suba a la montaña debe estar preparado, se nubla y se pone a llover, se acabó el calor, nos ponemos los chubasqueros y todo arreglado.


La cascada es espectacular, aunque lleva poca agua

Comenzamos el descenso, por el circo testimonio de un antiguo glaciar. Volvemos pegados al río Arazas, contemplando otra serie de cascadas.



Las cascadas más famosas que nos encontramos por el camino, son las llamadas Gradas de Soaso, aunque de nuevo se ve que es un año de poca agua.



Terminamos la ruta de hoy por un bonito hayedo, en el que nos entretenemos jugando con las hojas caídas y contemplando la forma de las raíces de los árboles seguro que milenarios.



En la zona donde se coge el autobús hay un restaurante, reponemos fuerzas y nos tomamos un helado, hoy nos lo podemos permitir😅.

La ruta ha sido de unos 21 kilómetros, está totalmente señalizada, siempre hay sendero del que está prohibido salirse, como hemos dicho antes la dureza estriba en la Senda de los Cazadores, que la podéis obviar. 

No podemos dejar este post sin mostraros las hermosas flores que nos acompañaron en el camino, solo una muestra:







Pero de entre todas, destacamos la flor de edelweis, que solo crece a más de 1000 metros de altitud, y que, por desgracia está en peligro de extinción, un tesoro más de nuestra ruta de hoy.


Cuenta la leyenda que una estrella deseaba convertirse en flor, cuando se lo dijo a la Luna  se enfadó tanto que la envío a las montañas más altas de la Tierra. La estrella convertida en flor se bañó con la nieve y se convirtió en la flor del Pirineo.


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