lunes, 29 de julio de 2019

Cantabria. Costa oriental. Laredo, Santoña y Faro de Ajo

En nuestra incursión por las tierras cántabras, dedicamos un día a continuar conociendo la costa oriental. Desde Castro Urdiales nos dirigimos a Laredo.

Nos levantamos bien tempranito para visitar las rúas empedradas de su casco histórico o Puebla Vieja sobre las que se alzan muy bien conservadas una serie de nobles casas , que realmente nos sorprendió y nos trasladó a la Edad Media.






Destaca también por sus iglesias, como la de Santa María




O la de San Martín y Santa Catalina:






Y destaca también la coservación de las murallas.



 Pero si por algo destaca Laredo es por su puerto y su entorno natural de enormes y doradas playas, así como su ubicación junto a la marisma de la Ría de Treto.


Playa de Laredo o de  Salvé
Ría del Treto

Decidimos no bañarnos aquí, aunque ganas no nos faltaban, queríamos continuar hasta Santoña, que aunque está justo frente a Laredo, para llegar a ella en coche hay que dar un gran rodeo para evitar las marismas. Otra opción es coger un barco para cruzar la ría.

Ahora sí que sí, porque en Cantabria también hace calor, y hay días que el agua apetece y mucho, no lo podíamos evitar, nos dimos un buen baño en la playa de Santoña, de aguas cristalinas y divertidas.



Aunque  nosotros bajamos a la arena, es muy curioso que hay zonas de parque con acceso al agua a través de unas escaleras. Después de comer en la playa, refrescarnos y descansar, dimos un paseo por Santoña. 

Vimos la iglesia de Santa María del Puerto, que aunque es originaria del siglo IX, se siguió construyendo hasta el XII




 Continuamos paseando y cruzamos por la plaza  de San Antonio donde nos paramos un ratito a jugar en el kiosko


Y llegamos al centro de interpretación de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, de donde destacamos sus espectaculares vistas a la ría.


Nos despedimos de Santoña en la impresionante playa de Berria de arena blanca y fina


y dando un paseo por las marismas.



 Continuamos la aventura, como ya se nos había hecho muy tarde, aunque queríamos visitar Noja, e Isla, decidimos acabar la tarde en un lugar mágico, en el faro de Ajo, donde por cierto para entrar hay que pagar una entrada de un euro por persona, pero realmente merece la pena, es una estampa de cuento (o de película), donde se puede sentir la magia.




Volvemos hacia Castro Urdiales, y sin querer nos encontramos con una joya, una impresionante iglesia románica totalmente conservada. La Iglesia de Santa María de Bareyo, una verdadera lástima encontrarla cerrada. Aquí tenéis información sobre ella https://www.arteguias.com/iglesia/santamariabareyo.htm, para que la podáis disfrutar.



Acabamos la aventura de hoy. Mañana más.

Si quieres saber más de nuestro viaje a Cantabria, pincha en alguno de estos post:

Castro Urdiales

Comillas y Santillana del Mar. Cuevas del Soplao, Altamira y Covalanas.

Cabárceno y Liérganes

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