Antes de adentrarnos en la costa, nos dirigimos a la Cueva del Soplao, una de las cuevas más conocidas y turísticas de Cantabria, aunque para nuestro gusto no la más interesante, Cantabria está llena de cuevas que fueron habitadas por nuestros antecesores que esconden grandes tesoros de los inicios de la cultura, seguro que estáis pensando en Altamira, de la que también hablaremos en este post, pero hay otras más desconocidas como la de Covalanas, que aunque se aleja de la zona de la que vamos a hablar hoy también hablaremos en este post.
Comencemos con el Soplao, esta cueva no fueron habitadas, su valor se debe a las formaciones geológicas extraordinarias. La cueva se descubre porque allí hubo una explotación minera, al hacer una perforación en una de las galerías. No se podían hacer fotos, así que... Tenéis toda la información (incluido el precio de la entrada) aquí https://www.elsoplao.es/es. Nosotros hicimos la única visita que se puede hacer con niños, la más accesible y cortita, quizás más adelante podamos adentrarnos algo más.
Una vez terminó la visita, que debéis concertar con antelación, nos dirigimos a Comillas. Lo primero que visitamos fue el Capricho de Gaudí, sin duda en Cantabria podemos viajar en el tiempo en muy pocos kilómetros y sus pueblos costeros nos brindan lo mejor del modernismo español.
Este chalet, fue encargado como una casa de veraneo por Máximo Díaz de Quijano a Gaudí. Se trata de una de las primeras edificaciones del arquitecto. Está llena de detalles que personalizan el chalet, teniendo en cuenta las pasiones del que iba a ser su dueño (la naturaleza y la música), y además podríamos decir hoy en día que es una casa eficiente, pues está construida jugando con la puesta y salida del sol.
Lo que más la caracteriza son los girasoles que decoran las paredes de su fachada:
Y no es el único regalo que Gaudí dejó a la ciudad, paseando nos encontramos también con esta puerta, llamada la puerta de los Pájaros.
Cerca del Capricho de Gaudí, encontramos también dos ejemplos impresionantes del Neogótico, el palacio y la capilla-pateón de Sobrellano, construidos bajo la dirección de Joan Martorell como encargo del I Marqués de Comillas.
Palacio de Sobrellano |
Capilla-Panteón de Sobrellano |
Tamibién del siglo XIX es la Fuente de los Tres Caños, de estilo modernista.
Comillas, estaba de moda en la época del modernismo y las grandes fortunas tenían sus residencias de verano allí, pero también es importante por su patrimonio de los siglos XVII y XVIII, por el que se le denomina como Villa de los Arzobispos, de esta época data la Universidad Pontificia ubicada en la ciudad. En este sentido encontramos la Iglesia de San Cristóbal
Tan solo pasear por sus calles y contemplar su mar, ya hace de Comillas un lugar muy especial.
Además esconde otro tesoro, su cementerio que esconde las ruinas de una iglesia gótica, aquí se me escapó la foto, así que tendréis que verlo cuando visitéis la preciosa ciudad de Comillas.
Por la tarde, nos despedimos de Comillas y nos dirigimos a Santillana del Mar y a las cuevas de Altamira.
Santillana del Mar es una localidad preciosa de corte medieval, de calles empedradas con el casco históirco totalmente peatonilizado, y ¡ojo! la zona de aparcamiento es de pago, nosotros llegamos tarde y quedaban unos cinco minutos para que se finalizase la hora de pago, así que pensamos en no abonar la zona azul, cuando volvimos nos habían puesto una multa de unos 20 euros, sí, sí 10 euros por cinco minutos, así que no repitáis nuestro error.
Pero, nos quedemos con lo malo, porque es un lugar muy bonito y de mucho encanto, aquí tenéis algunas imágenes:
Además de sus calles y edificios, nos llamó la atención el reclamo turístico de la venta de sobaos y vasos de leche como temtempié.
Muy cerquita de Santilla del Mar están las cuevas de Altamira, quizás las cuevas más famosas de España, que como sabéis no se pueden visitar, pero sí se puede acceder al museo y a una reproducción de la cueva. Sin duda, lo recomendamos al 100%.
La cueva fue descubierta en 1876, por Marcelino Sanz de Sautuola, y se le compara con la Capilla Sixtina del cuaternario. Es una lástima que el hombre no fuese capaz de darle su verdadero valor hasta que se dio cuenta de que se podían perder.
Y no podemos dejar este post sin hablar de la cueva de Covalanas, que aunque no se sitúa nada cerca de esta zona está totalmente vinculada con la cueva de Altamira porque ambas albergan pinturas prehistóricas de incalculable valor.
Covalanas se sitúa en la comarca de Asón, cerca ya del País Vasco, de hecho aprovechamos para visitarla el día que planeamos ir a Bilbao. Para acceder a ella hay que reservar la entrada con antelación, podeís hacerla desde esta página web https://cuevas.culturadecantabria.com/covalanas/. Es muy difícil encontrar entradas, porque el aforo máximo es de siete personas (incluidos niños).
La cueva alberga dos tipos de pinturas, una en negro con representaciones esquemáticas, y otras en rojo, estas últimas posteriores en el tiempo, en las que claramente se pueden ver distintas figuras, las más impresionantes con forma de ciervas, pinturas 3D que juegan con los volúmenes de la roca. Realmente merece la pena la visita, hemos de agradecer el entusiasmo y el buen hacer del guía que nos acompañó
Os dejo información, porque, evidentemente, no se podían hacer fotos:
Si os gustan las cuevas, y el arte prehistórico, esta no es la única que podéis encontrar en Cantabria, hay siete cuevas visitables https://cuevas.culturadecantabria.com/, esperamos poder verlas todas en otra ocasión, porque esta nos dejó maravillados.
Si quieres saber más de nuestro viaje a Cantabria, pincha en alguno de estos post:
Castro Urdiales
Costa oriental. Laredo, Santoña y Faro de Ajo
Cabárceno y Liérganes
No hay comentarios:
Publicar un comentario