Así que también nos pusimos el bañador y nos metimos entre las olas, aunque cuando fuimos no pudimos nadar mucho, pues siempre se alzaba la bandera amarilla.
Uno de los fenómenos más sorprendentes es el de la playa de Gulpliyuri, una pequeña calita que se forma por detrás de los acantilados al entrar el agua por una oquedad de la roca, lo único que hay que ir cuando la mar está alta, no como nosotros que la vimos vacía.
Estuvimos un rato a que subiera la marea, pero no pudo ser |
Subimos por encima de la playa y estos son los acantilados |
Entre las dos calas que había nos encontramos una llanura elevada de hierba donde la gente también se tumba a tomar el sol y luego baja a la playa. |
Pero si algo nos sorprendió de Llanes es su casco histórico, que además encontramos en fiestas:
Los cubos de la memoria |
Las vistas desde los acantilados |
Otra zona de playa que visitamos fue la de San Vicente de la Barquera, que todos recordamos por el cantante de OT David Bustamante, pero que nosotros a partir de ahora recordaremos por su marisco, buenísmo.
San Vicente de la Barquera pertenece a Cantabria, y uno de sus encantos es la Cueva del Soplao, pero de nuevo nos quedamos sin verla.
En el pueblo, puedes visitar su zona antigua, la iglesia Santa María de los Ángeles, de la que realmente nos sorprendió su interior:
También es visitable el castillo, pero nosotros lo vimos por fuera, el hambre apretaba...
Y como dije antes, este fue nuestro almuerzo:
Delicioso, y además nada caro, y lo mejor el camarero, supersimpático |
La ría en baja mar |
La playa de dorada arena |
En el siguiente post, conoceremos Oviedo.
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