viernes, 11 de marzo de 2016

Viajamos a Murcia (tercera parte)

Por fin llegamos a Cartagena, cansados, pero entramos en un buen hotel, el Hotel Manolo, ideal para viajar con niños, pues disponen de unas habitaciones familiares muy amplias. Además el hotel estaba justo enfrente de un supermercado en el que, como llegamos tarde y cansados, compramos pan y embutido y nos hicimos unos sandwiches estupendos para cenar y a dormir.
Al día siguiente nos acercamos al centro histórico, que estaba un poco alejado del hotel, pero en el que es fácil encontrar aparcamiento, eso sí pagando a unos gorrillas.
Lo primero que hicimos fue acercarnos a un punto de información que hay junto al ascensor que te lleva a la parte alta de la ciudad, y fue un acierto, porque nos trataron con mucha amabilidad y nos dieron información muy útil, además nos proporcionaron un bono con las entradas a todos los sitios que queríamos visitar.

El ascensor desde arriba, y al fondo la plaza de toros bajo la cual se encuentra un anfiteatro romano.

Primero subimos al castillo medieval, que no es muy grande, de él destacaría su aljibe y las vistas espectaculares que hay desde su torre.

El aljibe del castillo
Otra cosa que sorprende del castillo, es que por él se pasean estos "extraños" habitantes:

La segunda visita que realizamos, ya después de comer, fue la de las ruinas de una domus romana. Por cierto, comimos en un restaurante algo más que caro que hay junto a la domus, pero bueno mereció la pena porque conocimos a una pareja de senderistas con los que tuvimos una buena conversación.



La domus, la llaman allí el atrio, está junto a unas termas, las ruinas están muy bien conservadas. A mis hijos lo que más le gustó fue los restos de la decoración de las paredes.

Continuamos explorando Cartagena, que fue una ciudad llena de vida en la época romana, medieval y también en el siglo XIX, por lo que encontramos varios edificios decimonónicos antes de llegar al teatro romano.
Ayuntamiento de Cartagena

El teatro romano es uno de los más grandes conservados, es incluso más grande que el de Mérida, aunque su conservación es distinta, ya que en él no se llevan a cabo representaciones.



La visita a Cartagena la terminamos en el museo Naval, donde vimos el submarino de Peral (sorprende lo pequeño que es) y en ARQUA, museo de Arqueología submarina, muy recomendable para ir con los niños, pues tiene muchas actividades interactivas. Además allí podemos ver las monedas que rescató el Odissey.

El submarino de Peral


El viaje ya está llegando a su fin. Nos vamos, cenamos en un burguer y a dormir. El día siguiente es el día de vuelta a casa. Pero tampoco podemos desperdiciar este día, así que de camino visitamos Lorca. Es una visita fugaz, pero encantadora.
La mañana la pasamos en su enorme castillo:


El castillo tiene zonas ajardinadas, aljibes con ilustraciones didácticas, torreones, y hasta una cafetería donde tomar un tentempié.
Como teníamos hambre bajamos al pueblo, y allí comimos en una placita donde por fin probamos la empanadilla de carne murciana, tuvimos que esperar hasta el último día.
Después de comer paseamos por Lorca un poco para bajar la comida y nos marchamos a casa. El viaje termina. Aquí os dejo algunas imágenes de nuestro paseo.






No hay comentarios:

Publicar un comentario