Sintra se sitúa entre frondosas colinas, con un clima un poco más fresco que el de Lisboa, así que no olvidéis llevar una chaquetilla para las horas de la tarde. Su situación y su clima, hizo de este un lugar especial que atrajo a la nobleza portuguesa que construyó diversos palacios y casas palaciegas en este lugar.
Como solo teníamos un día para visitar la zona, tuvimos que elegir qué ver entre sus numerosos edificios históricos, y elegimos centrar nuestra visita en el llamado Parque de Sintra, del Monte da Lua(y aún así no lo vimos totalmente). Nos quedaron en el tintero lugares como la Quinta da Regaleira, el Palacio de Monserrate, o el Palacio Nacional (aunque este último lo visitamos en el 2004) entre otros, así que si queréis más información podéis visitar esta guía de Sintra online: http://www.sintra-portugal.com/es-sintra-portugal-guia.html
Lo primero que hicimos al llegar fue intentar comprar las entradas del Palacio da Pena, para acceder a él hay que subir una preciosa colina en la que predominan los pinos, nosotros subimos en coche con la esperanza de poder aparcar en algunos de los lugares habilitados para ello, pero no hubo suerte y tuvimos que volver a bajar y dejar el coche en el pueblo. Así que subimos andando, no es excesivamente difícil, y es un paisaje muy bonito, así que no nos supuso ningún problema, más allá del tiempo que perdimos. Otra opción es tomar un autobús, que hacer el recorrido circular que te lleva por la colina.
Una vez llegamos a la entrada, tuvimos que guardar cola para comprar los tickets, los tickets los puedes comprar de forma combinada, en esta página podéis ver los precios y los horarios:
https://www.parquesdesintra.pt/es/planear-la-visita/horarios-y-precios/ Nosotros calculamos el tiempo que teníamos y lo que nos daría tiempo a ver, teniendo en cuenta que nos dijeron que había una cola de hora y media para entrar al Palacio da Pena, y por eso nos quedamos sin ver el Convento de los Capuchinos y la Casa de la Condesa, que se sitúan en el mismo Parque.
El Palacio da Pena es uno de los palacios más llamativos de los que hemos visitado, llama la atención su arquitectura ecléptica y su colorido. El palacio fue en su origen un monasterio, que el rey Fernando II compró una vez que ya estaba en ruinas, para construir un bello lugar regalárselo a su esposa María II de Portugal.
La copia de la Cruz Alta |
La fuente de los pajaritos |
El interior de la fuente (o la fuente en sí ) |
Una capilla |
Un precioso lugar de reposo |
Un romántico invernadero |
Y un precioso lago |
Además desde el castillo hay unas vistas preciosas del Palacio que fue construido en la parte más alta de la montaña:
El camino de regreso lo hicimos caminando por un bonito sendero, esta vez en descenso, pero al llegar al pueblo nos dimos cuenta que habíamos bajado al lado opuesto de donde teníamos el coche. Bueno, no pasa nada, seguimos caminando, menos mal que nuestros niños son unos valientes.
El día no acabó ahí, antes de irnos de nuevo a Lisboa a preparar maletas, dimos un último paseo por las calles de Sintra y vimos el Palacio Nacional, ya cerrado al público. Empezó a refrescar, aún más y nos llamó la atención que en las tiendas de souvenirs y artesanía vendían mantas ¡en pleno verano! Estos son algunos de los rincones de la localidad:
Y aunque aquí terminó nuestra visita, aún queda el recuerdo de aquel 2004 en el que sí pudimos visitar el palacio Nacional
Esperamos poder volver y disfrutar de todo aquello que nos dejamos atrás, pero nos vamos llenos amor por Portugal, nuestro país vecino, que tantos secretos tiene para mostrar.
Nos vemos en el próximo viaje.
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